Regresamos

27 mayo, 2018

Entrevista a Loreena Mckennitt

Lost souls (Quinlan Road) es el primer disco de Loreena Mckennitt con composiciones propias desde que publicara, hace casi diez años, The wind that shakes the barley (2010, Quinlan Road)
La hemos entrevistado en directo desde Canadá, una entrevista muy especial para nosotros, una conversación largamente esperada, en la que le hemos preguntado no solo sobre este disco, también sobre su carrera musical, caracterizada desde el principio por su total libertad creativa, al margen de grandes discográficas, con un control absoluto y una paciencia de orfebre que sin embargo ha cosechado grandes éxitos comerciales y una legión de fieles seguidores en nuestro país. Es el brillante resultado de un trabajo bien hecho, elaborado en libertad y con coherencia. Un ejemplo en tiempos de productos manufacturados por la falsa maquinaria del espectáculo y el negocio.    
Loreena comenzó su carrera musical en 1985 con su disco “Elemental”, que se nutría de canciones tradicionales de origen eminentemente irlandés. La fascinación por la cultura celta le ha llevado a viajar siguiendo las huellas que iba dejando, experimentando de primera mano el contacto con otras culturas.  De hecho, sus discos son como pequeños cuadernos de viaje, donde la música intenta recrear las sensaciones vividas en cada una de sus etapas.
El trabajo que ahora presenta rompe en cierta medida esa tendencia, ya que es un compendio de antiguas canciones que, por diversos motivos, no encontraron acomodo en los discos que iba publicando. Como ella misma dice, se trata de temas que no están anclados sobre la historia de los celtas; son, como dice su título, Almas Perdidas. Temas como "Spanish guitars and night plazas", gestado durante la grabación de The visit, de 1991; o incluso composiciones anteriores, como "Ages Past, Ages Hence", donde hace un pequeño homenaje a una de sus influencias por esa época, Kate Bush. También quedaron fuera temas como "La belle dame sans merci", compuesta mientras trabajaba en An ancient muse, un disco de 2006.
Lost Souls contiene solo nueve canciones, grabadas entre Mayo y Octubre del pasado año en Hamilton (Canadá) y los Estudios Real World que Peter Gabriel tiene en Bath, en el suroeste de Inglaterra. Reflejan las influencias que siempre han caracterizado la música de la cantante canadiense: la inspiración en poemas de John Keats y W.B.Yeats y los sonidos de Oriente Medio, una tendencia que empezó a consolidarse a partir de su quinto trabajo, Mask and Mirror.
Acompañan a Mckennitt sus músicos habituales: Caroline Lavelle (chelo), Hugh Marsh (violín), Brian Hughes (guitarra) y Dudley Philips (bajo) Colaboran otros muchos músicos, entre los que destacan  el percusionista Hossam Ramsey, el zanfonista Nigel Eaton, Haig Yazdjian, laúd árabe o nuestra Ana Alcaide, que toca el nyckelarpa. Hay dos músicos flamencos, Daniel Casares, guitarra, y Miguel Ortiz Ruvira, percusión flamenca.
Loreena Mckennitt ha vendido más de catorce millones de discos a lo largo de su extensa carrera musical. Nominada dos veces a los Grammy, ha ganado, entre otros prestigiosos premios, el Billboard Achievement Award. La arpista lleva un estricto control de su trabajo, y eso incluye elegir minuciosamente los lugares donde actúa, destacando el Carnegie Hall de Nueva York y rodeada de la belleza árabe de la Alhambra de Granada.
Ha sido un auténtico placer haber compartido esta hora de radio con ella, gracias al enorme trabajo realizado, tanto en la confección de la entrevista como en la traducción y realización de este programa a Oscar Aparicio.

Fernando Martínez

19 mayo, 2018

Especial Nuestro Pequeño Mundo (1ª parte)

"Me casó mi madre" es una canción que aparecía en el primer disco de Nuestro Pequeño Mundo, El folklore de Nuestro Pequeño Mundo. Fue la primera primera canción que yo escuché de este grupo (y quizás de folk), un aldabonazo en mi juventud, cuando empezaba a escuchar música y a interesarme por ella. Al bagaje que ya iba acumulando, desde entonces incluí el folk… dedicamos nuestro programa a unos verdaderos pioneros en la música popular en España, imprescindibles para entender lo que ha sido el folk en nuestro país desde finales de los años sesenta… con Carlos Monje, director de la revista digital Diariofolk que un mes más nos acompaña, seleccionando música de Nuestro Pequeño Mundo.           
Y no ha sido nada preparado, todo ha sido fruto de la casualidad. Cuando surgió la idea, hace algo más de un mes, de dedicar un especial a NPM, no recordábamos que su primer disco se grabó en Mayo de 1968. Se cumplen, por tanto, cincuenta años de ello. Un acontecimiento más que celebrar en este mes tan especial. Reunieron en su música una fascinante amalgama de estilos musicales que hicieron de ellos un grupo tan excepcional, no solo la música tradicional española, influídos y apadrinados por Joaquín Díaz, también folk de Europa y de América, y no solo el norteamericano, tan necesario entonces; también música latinoamericana, brasileña, calypso… y recrearon versiones de los cantautores Pablo Guerrero, Lluis Llach o Joan Manuel Serrat, y así una larga serie de influencias… es difícil encontrar otra banda tan completa como ellos.
Hemos dividido este repaso en dos programas. En el de hoy escuchamos algunas canciones de sus primeros discos, hasta 1975: el mencionado El folklore de Nuestro pequeño Mundo, Buenas noticias de Nuestro pequeño Mundo (1969), 1 x 1 (1970), Al Amanecer (1973) y Cantar de la tierra mía (1975)
Hay además otras sorpresas que sirven para comprender mejor el contexto musical de NPM: una canción de Joaquín Díaz y dos versiones de Sinner man, una a cargo de The Weavers y otra, espléndida, en la voz de la maravillosa Nina Simone
Bienvenidos a la fascinante historia de Nuestro Pequeño Mundo. En tiempos de fama efímera e insustancial, reivindicamos el reconocimiento y el rescate del olvido de quien realmente lo merece y han pasado la historia, ellos día, de la música.
Un placer, Carlos. 

 Fernando Martínez


                

13 mayo, 2018

En galego y en euskara

Ahora que se celebran los cincuenta años del Mayo francés, y siendo Mayo como es un mes propicio para las revoluciones, hemos querido recordar "Mis amigos donde estarán", la vieja canción del grupo madrileño Topo, que aparecía en su disco de 1979 del mismo título, y no por nostalgia o porque pensemos que los tiempos pasados fueron mejores, si no porque seguimos creyendo, como entonces, que la revolución, al menos la nuestra, la más cercana, es posible… sirva también como homenaje a todos los que siguen creyendo que la utopía existe. 

Outro que tal baila (2018) es el tercer disco de la banda gallega Tiruleque que vio la luz en 2002. Formada por cinco entonces jóvenes gallegos con interés en la música tradicional gallega y con otras inquietudes musicales, como la música de las bandas de metal propias de las fiestas y celebraciones. La utilización de clarinete, saxo y trompeta así lo atestigua. Este disco investiga en esa faceta de la música popular, la que tiene que ver con el baile y la fiesta, como dice acertadamente el título del disco. Verdaderamente… delicioso.
En 2009 editaron su primer disco, Tiruleque y cuatro años después, en 2013, Mu. Han actuado en los principales festivales de música tradicional y folk de Galicia, destacando su participación en el Festival de Ortigueira. Representaron a Galicia en la edición número 41 del Festival Intercéltico de Lorient y han compartido escenario con las principales figuras de la música gallega, desde los clásicos Milladoiro, Susana Seivane o Quempallou, por citar algunos de los más representativos.
El día 9 de Abril de 2005 hicieron su primera aparición en una emisora radiofónica. Y fue en un  programa clásico de la radio galega, “Lume na palleira”, presentado por Emilio Españadero. Han querido recuperar esa histórica grabación en "Muñeira do lacón" para conmemorar sus primeros quince años en el mundo de la música.
Hacen además una espléndida recreación de “Asubíasme de lonxe”, el conocido alalá recogido por Alan Lomax en Cangas do Morrazo (Pontevedra) y que incluyó en su disco The Spanish recordings: Galicia de 1952. Un buen momento para escuchar la versión que hizo Davide Salvado de la misma canción, con la cual descubrimos a este deliciosamente inclasificable cantante.
En 1996 el sello Karonte, en su colección El Europeo, editó un disco libro con una selección de poemas, conversaciones y otras reflexiones del escritor de Asteasu (Guipúzcoa) Bernardo Atxaga titulado Nueva Etiopía. Nacido en 1951, publicó sus primeros textos en 1972, gracias al apoyo del poeta Gabriel Aresti. Sus primeras obras son Ziutateaz (De la ciudad), escrito en 1976 y Etiopía (1978); en 1989 su obra Obabakoak logró el Premio Nacional de Literatura. En este disco colaboraron muchos de los músicos y grupos de muy variada estética musical, que han puesto música a sus textos, desde Gari (Hertzainak) Tapia eta Leturia, ItoizJabier Muguruza o Ruper Ordorika.
En el efímero trío Hiru Truku descubrimos al Ordorika en su versión más tradicional. En 1997 editaron su segundo disco, Hiru Truku II (Nuevos Medios) donde recopilaban canciones tradicionales de la parte occidental del País Vasco, canciones de cuna, coplas de baile, canciones humorísticas… a Joseba Tapia, trikitixa; Bixente Martínez, bouzouki, mandolina y guitarra acústica y Ruper Ordorika, les acompañaron Martin Carthy, también guitarra acústica y Nancy Kerr, violín.
Ha sido todo un placer compartir nuestras músicas en galego y en euskara.

Fernando Martínez




05 mayo, 2018

Planxty y Andy Irvine: aires irlandeses y del Este


En el día en que ETA anuncia su disolución, y a pesar de todas las dudas que pueda provocar, creemos que hay que celebrarlo. Y recordar a los grandes poetas que cantaron a la libertad, la de todos y todas, sea cual fuere su forma de pensar. "Txoria txori" (Bat, hiru, 1986) una de las más conocidas canciones de Mikel Laboa (1934-2008) nos ha parecido la más apropiada para expresar lo que sentimos.

“Si le hubiera cortado las alas / hubiera sido mío / no hubiera escapado / Pero así / hubiera dejado de ser pájaro / Y yo… / lo que amaba era el pájaro

En la primavera de 1978, Christy Moore pensó que era el momento de reunirse con sus viejos compañeros de Planxty. Tuvieron una carrera intermitente, con varias rupturas y otros tantos reencuentros. Se habían separado pocos años antes, en 1975…
One night in Bremen se grabó en directo el 24 de Abril de 1979 en la Universidad de Bremen (Alemania) y fue la primera vez que se volvían a subir a un escenario los miembros originales de la banda…
Christy Moore, durante aquellos años de finales de la década de 1970, estaba tocando en The Christy Moore BandDonal Lunny en The Bothy Band, grupo que estaba a punto de disolverse; Liam O’Flynn tocaba solo o con Mick Hanly, mientras que Andy Irvine investigaba en las posibilidades del bouzouki en la música irlandesa. Además, Donal persuadió a Matt Molloy, que por entonces formaba parte también de The Bothy Band, para que participara en este disco. Poco después, se sumaría a las filas de The Chieftains. Las redes se fueron tejiendo mágicamente para que los cinco nos regalaran esta maravilla. En este disco se recreaban, además, unas danzas tradicionales búlgaras, "Smeceno horo", que también se incluyeron en el disco de Planxty After the break, editado un año después.
La idea de grabar un disco basado en piezas tradicionales de Bulgaria y Macedonia rondaba en la cabeza de Andy Irvine desde los tiempos de Planxty. En 1968, el guitarrista estuvo viajando por los Balcanes durante un año; de allí se trajo discos y sobre todo muchas ideas, que incorporó a su música, convirtiéndose en un auténtico pionero en la introducción del bouzouki en la música tradicional irlandesa.
El resultado fue East wind (Tara Records, 1992) Para este disco reunió a un elenco prodigioso de músicos irlandeses y de los Balcanes. Le acompañó en este aventura el gaitero Davy SpillaneBill Whelan, teclados y Mairtin O’Connor al acordeón, entre otros. Por el lado de los músicos del Este de Europa, destaca la participación de la vocalista Marta Sebestyen o de Nikola Parov, que toca los instrumentos tradicionales de su tierra: gadulka, kaval, gaida y el bouzouki. La unión de dos tradiciones musicales a través de este instrumento.
“Rain on the roof” (1996) fue el tercer álbum en solitario de Andy Irvine, donde todo son composiciones propias, mezcladas con melodías tradicionales balcánicas e irlandesas. En él apreciamos otra de sus cualidades, la de folk singer.
La última canción del disco, “Never tire of the road”, está escrita en memoria de Woody Guthrie. Andy interpreta solo esta canción con el acompañamiento de bouzouki y armónica.Y no hay mejor manera de completar este viaje que con el cantor norteamericano y con una de sus más clásicas canciones, "This land is your land"
En este día histórico, ha sido un placer haberlo compartido.

Fernando Martínez