Lost souls (Quinlan Road) es el primer disco de Loreena Mckennitt con composiciones propias desde que publicara, hace casi diez años, The wind that shakes the barley (2010, Quinlan Road)
La hemos entrevistado en directo desde Canadá, una entrevista muy especial para nosotros, una conversación largamente esperada, en la que le hemos preguntado no solo sobre este disco, también sobre su carrera musical, caracterizada desde el principio por su total libertad creativa, al margen de grandes discográficas, con un control absoluto y una paciencia de orfebre que sin embargo ha cosechado grandes éxitos comerciales y una legión de fieles seguidores en nuestro país. Es el brillante resultado de un trabajo bien hecho, elaborado en libertad y con coherencia. Un ejemplo en tiempos de productos manufacturados por la falsa maquinaria del espectáculo y el negocio.
Loreena comenzó su carrera
musical en 1985 con su disco “Elemental”, que se nutría de canciones
tradicionales de origen eminentemente irlandés. La fascinación por la cultura celta le ha llevado a viajar siguiendo las huellas que iba
dejando, experimentando de
primera mano el contacto con otras culturas.
De hecho, sus discos son como pequeños cuadernos de viaje, donde la
música intenta recrear las sensaciones vividas en cada una de sus etapas.
El trabajo que ahora presenta
rompe en cierta medida esa tendencia, ya que es un compendio de antiguas
canciones que, por diversos motivos, no encontraron acomodo en los discos que
iba publicando. Como ella misma dice, se trata de temas que no están anclados
sobre la historia de los celtas; son, como dice su título, Almas
Perdidas. Temas como "Spanish guitars and night plazas", gestado
durante la grabación de The visit, de
1991; o incluso composiciones anteriores, como "Ages Past, Ages Hence", donde hace un pequeño homenaje a una de sus
influencias por esa época, Kate Bush. También quedaron fuera temas como "La belle dame sans merci", compuesta mientras
trabajaba en An ancient muse, un
disco de 2006.
Lost
Souls contiene solo nueve canciones,
grabadas entre Mayo y Octubre del pasado año en Hamilton (Canadá) y los
Estudios Real World que Peter Gabriel tiene en Bath, en el suroeste de
Inglaterra. Reflejan las influencias que siempre han caracterizado la música de la cantante canadiense: la inspiración en poemas
de John Keats y W.B.Yeats y los sonidos de Oriente Medio,
una tendencia que empezó a consolidarse a partir de su quinto trabajo, Mask and
Mirror.
Acompañan a Mckennitt sus
músicos habituales: Caroline Lavelle
(chelo), Hugh Marsh (violín), Brian Hughes (guitarra) y Dudley Philips (bajo) Colaboran otros
muchos músicos, entre los que destacan
el percusionista Hossam Ramsey,
el zanfonista Nigel Eaton, Haig Yazdjian, laúd árabe o nuestra Ana Alcaide, que toca el nyckelarpa.
Hay dos músicos flamencos, Daniel
Casares, guitarra, y Miguel Ortiz
Ruvira, percusión flamenca.
Loreena Mckennitt
ha vendido más de catorce millones de discos a lo largo de su extensa carrera
musical. Nominada dos veces a los Grammy, ha ganado, entre otros prestigiosos
premios, el Billboard Achievement Award. La arpista lleva un estricto control
de su trabajo, y eso incluye elegir minuciosamente los lugares donde actúa,
destacando el Carnegie Hall de Nueva York y rodeada de la belleza árabe de la
Alhambra de Granada.
Ha sido un auténtico placer haber compartido esta hora de radio con ella, gracias al enorme trabajo realizado, tanto en la confección de la entrevista como en la traducción y realización de este programa a Oscar Aparicio.
Fernando Martínez
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