Algunos Noviembres nos gusta empezar el programa con la voz decadente de Tom Waits. En concreto lo hacemos con esa canción que invita a refugiarse de los fríos preinvernales titulada “November” y que aparecía en The black rider (Island,
1990) Un programa que nos lleva al calor primaveral de Sudamérica, en concreto a Perú, y especialmente, a viajar por el universo creativo de la gran Chabuca Granda...
Una de las más recientes continuadoras de su labor de investigación del folklore peruano es Miryam Quiñones. Este año ha editado Eternamente Chabuca, dedicado por entero a su obra, un homenaje a los noventa y ocho años
de su nacimiento. Tan solo acompañada por la guitarra de Yuri Juárez, ofrece una selección de once canciones de la maestra
de la canción peruana.
A Miryam Quiñones ya la conocemos en
Tráfico de Tarareos. En Marzo de 2017 presentamos su disco Con el alma en vilo. Por entonces preparaba Las flores buenas de Javier, en homenaje
al poeta Javier Heraud, grabado en
Cuba junto a Vicente Feliú.
Miryam es una
incansable difusora de la canción de autor y popular peruana y una de las más
destacadas cantantes de aquel país en la actualidad. Ha grabado ocho discos,
entre los que destaca el antes mencionado Con el alma en vilo,
que contaba con destacados invitados como Silvio
Rodríguez. Con el cantautor cubano actuó, como invitada, en un concierto
celebrado en Lima en 2007. Ha recibido importantes premios, como el Ibermúsicas en 2015 y un año después el Premio Fondo Argentino de Desarrollo Cultural.
En Eternamente Chabuca no podían faltar dos de sus canciones más conocidas y que forman parte de la cultura peruana, “Fina estampa” y “La flor de la canela”
Escuchamos una versión más de esta última canción inmortal en la voz María Dolores Pradera, gracias a la cual conocimos muchas de las canciones latinoamericanas que ya forman parte de nuestra
propia identidad. Nació en Madrid en 1924 y murió recientemente,
en Mayo de este año.
Chabuca Granda se llamaba realmente María Isabel Granda Larco. Nació en Apurimac (Perú) en Septiembre de 1920. Esta folklorista
e investigadora de la música popular de Perú realizó también innovaciones en su
esquema musical; así, rompió la estructura rítmica convencional del vals
peruano. Las melodías por ella creadas alternaron su nuevo lenguaje con el de
los antiguos valses de salón. También dedicó mimo y esfuerzo a sus letras,
llegando a convertir algunas de sus canciones en verdaderos himnos
nacionales. “La flor de la canela” es sin duda una de ellas, inspirada en Victoria Angulo, lavandera afroperuana
cuya gracia y donaire alabó.
Contenidas en un disco de grabaciones inéditas, Déjame que te cuente, escuchamos “La valse creole”, “El fusil del poeta es una rosa”, “Las flores buenas de Javier” y “Alfonsina y el mar”.
"Fina estampa" la compuso como homenaje a
su padre, don Eduardo Granda y San
Bartolomé, por el que sentía gran admiración, “un hombre a carta cabal”, su
mejor amigo, como ella reconociera.
Susana Baca (1944) es cantante, compositora, investigadora, educadora, y fue ministra de Cultura en Perú en 2011 bajo el Gobierno de Ollanta Humala, pero es sobre todo heredera de la labor iniciada por Chabuca Granda. En la actualidad dirige un Centro Cultural Afroperuano en Lima.
"María Landó", una de las canciones que la lanzó al público mayoritario aparecía en su disco de 2001 Lamento negro, y además se incluyó en el
recopilatorio El alma del Perú negro,
editado en 1995 por el sello de David
Byrne, Luaka Bop.
Tras la muerte de Chabuca,
Susana continuó la tarea a la que dedica su vida: estudiar y recuperar el sonido de su tierra. Ella y su esposo, Ricardo Pereira, recorrieron la costa
peruana recopilando testimonios y documentos de los descendientes de los
africanos. El resultado de su trabajo fue el libro Del fuego y del agua, publicado en 1992, después de once años de
trabajo. "Se me van los pies” de Susana
Baca (1997) completa este viaje por el Perú de Chabuca Granda. Ha sido un placer haberlo compartido.
Fernando Martínez